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TEMPLO SANTIAGO APÓSTOL DE BELÉN

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El templo de Santiago Apóstol de Belén tiene una larga y rica historia asociada a la ocupación española de las rutas y poblados andinos para la explotación de plata en Potosí, cuyo puerto de embarque principal era San Marcos de Arica. La primera mención documental conocida sobre un templo es atribuida al carmelita Antonio Vásquez de Espinosa quien, en 1618, se refiere a una iglesia en Tocrama a la cual le colocó puertas de palos. Más tarde, en la visita del cura Francisco Fernández Cornejo desde a los altos de Arica en 1739, se conoce una iglesia principal de San Santiago de Belén dependiente de la doctrina de Codpa. Aunque no entrega una descripción del templo, asegura que en ella se celebran más de dos festividades anuales.

En 1777 se funda definitivamente la doctrina de Belén y en 1778 recibe el cuidado de la nueva sede doctrinal el párroco Mariano Pacheco de Peñaloza con un inventario completo de todos los bienes de los templos de Santiago Apóstol, la capilla grande de Nuestra Señora del Milagro y la ermita de Santa Bárbara, que más tarde sería tapiada tras haber sido profanada “por los indios de la rebelión”.

Además de conocer, través de los registros documentales de la época, de la riqueza material del templo de Santiago Apóstol y sus capillas, compuesta por distintas piezas de arte barroco andino, finas platerías y vestimentas de telas lustrosas, sabemos de distintos detalles de la fábrica material del templo parroquial. Por ejemplo, en 1793, el intendente Álvarez Jiménez escribe que el templo de Santiago:

“[...] es de adobe con portada y arco toral de cal y piedra blanca. Techumbre interior de madera y entera de caña y el exterior de paja toda ella pintada finamente con sacristía y bautisterio nuevos, puertas y llaves corrientes y es suficientemente capaz y amplia para la feligresía”.

En 1871, el párroco José Valbuena describe que en Belén se halla: 

“Una Iglesia de adobe con treinta i ocho varas de largo i diez de ancho, en mediano uso, una techumbre de madera de luma, paja de lugar i entumbadillada i mal blanqueada: las puertas grandes bastante viejas i de las cuales la una con llave.

Esta Iglesia se halla construida de sur a norte en medio de un pequeño cementerio resguardado por paredes no bien fabricadas de adobe i barro, i á mas de sus dos puertas indicadas, tiene también tres ventanas con sus mamparas de vidrios que la (f1r) mayor parte de ellos se hayan quebrados.”

Actualmente, el templo de Santiago Apóstol se destaca por su tradicional estilo barroco andino, propia Estilo barroco sur andino. El conjunto ceremonial está integrado por una torre campanario aislada, atrio, calvario y nave. Sus muros son de albañilería en adobe; su techumbre posee un sistema de par y nudillo, tradicional las construcciones andinas, y cubierta de zinc. De su portada de piedra labrada destaca su decoración barroca, que detalla distintas figuras como el mono, el hombre puma y la vizcacha. En el interior, su retablo de madera policromada alberga una rica colección de bienes culturales. 

Desde el momento de su construcción, el templo ha estado al cuidado de la comunidad de Belén a través de sus cargos tradicionales, que desde generaciones pasadas han conservado, protegido y reparado el templo cuando ha sido necesario. El templo de Santiago Apóstol es, de hecho, uno de los pocos de la zona andina de Arica y Parinacota que mantiene su sistema de cargos tradicionales, con un mayordomo mayor a cargo de supervisar el mantenimiento del templo y el buen hacer de las costumbres de todas las fiestas, y seis mayordomos menores que están a cargo del cuidado de una imagen en particular y de liderar su respectiva fiesta patronal. 

Cada ceremonia y fiesta que se desarrolla en el templo es producto de un pasado que ha sumado distintas tradiciones y experiencias, conformándose como tesoros de un pueblo con largos siglos de historia. Las costumbres andinas constituyen un componente central en la vida diaria de los habitantes de Belén y sus descendientes en la ciudad. Ellas son manifestaciones de una cosmovisión especial legada por los antepasados, que une elementos naturales, culturales y simbólicos con el quehacer más cotidiano. 

El templo de Santiago Apóstol se llena de vida en cada una de las festividades que allí se celebra. El pueblo de Belén se destaca por mantener un calendario lleno de actividades cada año, que unen a los beleneños andino-urbanos a su pueblo y los conectan con sus raíces. 

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